El control de esfínteres es uno de esos retos de la crianza de los que nadie habla con sinceridad… hasta que te encuentras de rodillas, con ropa interior de lunares en la cabeza, intentando convencer a un niño pequeño de que el orinal no es un monstruo 😅
Claro, internet está lleno de métodos “garantizados” que parecen funcionar a la perfección… con el hijo de otra persona. En tu casa, incluso decir “¡mira el orinal!” termina en una negociación completa digna de Naciones Unidas. ¿La buena noticia? No estás solo, y no lo estás haciendo mal — esto no es un cuento de hadas. Así es el control de esfínteres.
En esta publicación, reunimos los métodos y pasos más populares del control de esfínteres. Seguro que aquí encuentras algo que funcione… o al menos que no destruya tu salón 😅

Cuándo comenzar el control de esfínteres – El primer paso real
Antes de lanzarte a cualquier método de control de esfínteres, el primer paso real es saber si tu hijo realmente está preparado. Sí, incluso los mejores pasos no funcionarán si el momento no es el adecuado 😅
¿Cómo sabes que ha llegado el momento?
- Te dicen cuándo necesitan ir al baño
- Los pañales mojados empiezan a molestarles
- Sienten curiosidad por el orinal o el váter (especialmente cuando tú lo estás usando 🙃)
- Intentan subirse y bajarse los pantalones
- Permanecen secos durante más tiempo, especialmente durante el día
No apresures el proceso
Incluso los métodos de control de esfínteres más recomendados fallan si tu hijo aún no está listo. No es una carrera. El ritmo de tu hijo es el mejor ritmo — y ese es el primer paso.
Pasos del control de esfínteres – Para que el gran momento no ocurra en la alfombra del salón
El control de esfínteres no es una carrera de velocidad — es más como un baile ensayado donde el padre o la madre a veces pisa donde no debe 😅 Pero una vez que encuentras el ritmo, todo se vuelve más fluido (y menos empapado).

¿Cómo presentar el orinal?
No se lo presentes a tu peque como un invitado sorpresa a mitad de la comida. Empieza a hablar del tema con tiempo. Deja que explore el orinal, que se siente encima con ropa puesta o que lea un libro divertido sobre el tema contigo. El objetivo es que el orinal sea algo familiar, no aterrador, solo otra parte nueva del día a día.
Crear una rutina para el control de esfínteres
Uno de los pasos más importantes del control de esfínteres es establecer una rutina predecible. Por ejemplo:
- Después del desayuno
- Antes del almuerzo o de la siesta
- Antes del baño
- Cuando el pañal ha estado seco un rato
Esto ayuda a tu hijo a coger el ritmo — y te evita jugar al “¿vamos ya?” cada 15 minutos.
¿Preguntar? ¿Recordar? ¿Suplicar?
La clásica pregunta “¿Tienes que ir al baño?” es tan efectiva como usar una esponja en una inundación. Los peques suelen decir que no o simplemente… ahora no.
Prueba mejor con esto:
- ¡Ahora suele ser hora de hacer pis — vamos a comprobar juntos!
- “¡Tu cochecito ya hizo pis después del desayuno!”
¿Y si te dicen que no? También está bien. El proceso de control de esfínteres no es lineal: habrá avances y retrocesos. Pero cada intento te acerca un poco más a esa vuelta de la victoria, bien sequita. 😅
Lo que nadie te cuenta – Errores comunes cuando el control de esfínteres no funciona
Si sientes que el control de esfínteres no está funcionando, no estás solo. Todos los padres han tenido ese momento de pensar si su hijo se irá a la universidad todavía con pañales 😅
Aquí tienes algunos errores clásicos en los que casi todos los padres tropiezan en algún momento:
1. Empezar demasiado pronto
Sí, algunos peques aprenden a ir al baño con 14 meses. No, el tuyo no tiene por qué hacerlo. Si tu hijo no muestra señales de estar listo, ningún método funcionará, y no es culpa tuya — simplemente es demasiado pronto.
2. Demasiada presión
Tu hijo no es un robot (y tú tampoco). Si cada intento se convierte en una lucha de poder o en estrés, el orinal se vuelve el enemigo. Mantenlo ligero. Incluso cuando limpies el sofá por tercera vez hoy.
3. El clásico momento de “Un intento más antes de dormir”
Lo conoces bien: ya están en pijama, el orinal guardado, y de repente tienen que ir. Otra vez. Es agotador. A veces cedes, y está bien — solo intenta que no se convierta en una estrategia para alargar la hora de dormir.

Un poco de apoyo emocional para los padres – Porque el control de esfínteres no es una competencia
Si sientes que el control de esfínteres no está funcionando, no estás solo. Puede que todo empiece bien y de repente se estanque. Tu hijo podría rechazar el orinal, volver a tener accidentes o retroceder a una etapa anterior. Este tipo de regresión en el control de esfínteres es completamente normal — no significa que hayas hecho algo mal, solo que tu hijo está en esa fase ahora mismo. Y eso está bien.
Está totalmente bien si no funciona de inmediato
No todos los niños están listos a la misma edad, y no todos los métodos funcionan a la primera. Si el éxito no llega de inmediato, no es un fracaso — es solo parte del proceso. Los pasos del control de esfínteres rara vez son lineales.
Cada niño es diferente
Tal vez el hijo de tu amiga ya estaba completamente entrenado a los dos años. El tuyo prefiere sentar a su osito de peluche en el orinal y salir corriendo. Y eso está perfectamente bien. Cada niño tiene su propio ritmo, y ese es el ritmo correcto para él.
No has fracasado – solo eres un héroe de calcetines mojados 😊
El control de esfínteres no siempre es mágico y divertido. A veces es agotador, frustrante y viene con ropa mojada. Pero cada intento cuenta. Puede que ahora estés dando pasos pequeños, pero son precisamente esos los que te hacen avanzar. ¡Ánimo! Estás haciendo de superhéroe, solo que sin capa (y con los pantalones remangados) 😊
Y para que no sea solo teoría, aquí tienes una historia de nuestra amiga Linda, una mamá estadounidense que sabe exactamente lo que se siente cuando el control de esfínteres se estanca de repente:
Linda, 35 años, Austin, TX
Hola, soy Linda, mamá de dos, adicta al café y convencida de que ir a Target cuenta como ejercicio 😅
Cuando empezamos con el control de esfínteres de nuestro hijo Mason (ahora con 2 años y 9 meses), pensé que estaba totalmente preparada. ¿Tabla de pegatinas? Hecha. ¿Canción del orinal? Hecha. Incluso un mini inodoro que tira agua falsa. Perfecto al estilo Pinterest, ¿verdad?
Bueno... no exactamente. Después de una semana de ropa interior empapada y rabietas épicas en el suelo, estaba lista para rendirme.
¿Entonces qué funcionó?
Reducir el ritmo. Hicimos una pausa durante unos días, eliminamos la presión y dejamos que Mason marcara el ritmo. Yo simplemente decía: “Oye, voy a hacer pis — ¿quieres intentarlo también?” Sin presiones. Luego establecimos una rutina sencilla: después del desayuno, antes de la siesta, antes del baño. Eso fue todo.
Una mañana, simplemente lo hizo. Se sentó e hizo pipí. De verdad lloré en el pasillo (lágrimas de felicidad, lo juro).
Así que si estás buscando en Google 'el control de esfínteres no funciona' a las 2 de la mañana, no estás solo.
Los retrocesos son normales. Tu hijo no está roto. Y tú tampoco. ❤️
No es magia, es un proceso – El (no tan final) capítulo del control de esfínteres
Si hay algo que debes llevarte de esta publicación, es esto: el control de esfínteres no es un momento mágico, es un proceso de aprendizaje. Lleno de pequeños retrocesos, grandes logros sorprendentes y más cambios de calcetines de los que imaginabas.
Hagamos un resumen:
– No hay prisa — un buen momento es la mitad del éxito
– Tu hijo no está actuando, está aprendiendo
– No hay un método universal — pero sí muchos caminos
– Los retrocesos no son fracasos — son solo pausas
– Tu paciencia tiene límites — y eso está bien
Y las cosas que nadie te cuenta:
– Tu hijo querrá hacer pis justo cuando te sientes con tu café
– El orinal desaparecerá justo cuando más lo necesites
– Incluso un momento de “solo mirar” puede ser el comienzo del progreso
Y por último:
“Si tu hijo no está llorando, probablemente lo estés tú — y eso también está bien.”
Porque en todo este proceso, no solo tu hijo está aprendiendo algo nuevo —
tú también.