The Little Boy Who Didn’t Like Bathing

Era una noche de verano y Dani se balanceaba hacia adelante y hacia atrás en su silla en la mesa del comedor. La mesa aún estaba llena de los restos del espagueti con salsa de tomate recién devorado. Debajo, el perro de la familia, Pamacs, estaba ocupado buscando trozos de queso que habían caído descuidadamente.

“Dani, si te balanceas en esa silla una vez más…” – le advirtió su padre, pero no pudo terminar porque Dani se inclinó demasiado hacia atrás. Por suerte, no le pasó nada.

“¡Solo estaba probando la gravedad!” – respondió Dani con una sonrisa traviesa, haciendo que su mamá estallara en carcajadas.

“Bueno, la gravedad pasó con honores, hijo. ¡Ahora al baño!” – dijo su mamá mientras intentaba limpiar la cara sucia de Dani con una servilleta.

“¡Pero mamá! ¿Por qué tengo que bañarme todos los días?” – se quejó, girando su cara para evitar la servilleta en protesta.

“¡Porque no queremos que la suciedad se haga tan gruesa en ti que no necesites abrigo en invierno!” – agregó su papá.

“Sabes, Dani,” continuó su mamá, “si no te lavas, los gérmenes en tu piel pueden enfermarte. Hablo en serio, ¡es importante!”

“¡Eso es algo que inventaron para asustarme!” refunfuñó, marchándose al salón para evitar más intentos de convencerlo. Finalmente, como ya era tarde y Dani estaba muy cansado, sus padres cedieron y le permitieron saltarse el baño e irse directamente a la cama.

Pero esa noche, ocurrió algo extraordinario.

En su sueño, se encontró en un mundo extraño. Era como si hubiera entrado en un reino mágico y misterioso donde todo de repente se volvió enorme y emocionante. El suelo estaba ligeramente ondulado, y finos mechones de cabello se erguían a su alrededor. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba sobre su propia piel, ahora transformada en un vasto paisaje.

“¿Dónde estoy?” preguntó confundido mientras pequeñas criaturas comenzaban a saltar a su alrededor. Eran seres extraños y viscosos que corrían y zumbaban como si hubiera irrumpido en una gran celebración.

“¡Bienvenido, Dani! ¡Somos las bacterias!” – exclamó una pequeña figura redonda y morada.

“¿Bacterias?” Dani dio un paso hacia atrás. “¿Qué hacen en mí?”

“¡Bueno, vivimos aquí! La suciedad, el sudor y la mugre nos trajeron. Nos encanta este lugar: hay mucho para comer y es perfecto para multiplicarnos.” – dijo una bacteria alargada con tentáculos.

“¡Pero eso no es justo! ¡Esta es mi piel!” – protestó Dani.

“¡Sí, pero si no te bañas, nos quedaremos y nos haremos más fuertes! Eventualmente, te enfermarás. Tos, sarpullido, incluso infecciones podrían suceder.” – se rió una bacteria más malvada.

Dani empezó a sentir picazón y trató torpemente de rascarse el brazo. Las bacterias ya estaban celebrando su victoria cuando de repente apareció una figura valiente, limpia y con forma de jabón, gritándoles con una voz autoritaria.

“¡Oigan, pequeños pegajosos alborotadores! ¡Soy Jabón, el mayor enemigo de las bacterias dañinas!”

Las bacterias entraron en pánico. El jabón se giró hacia Dani y dijo:

“¡Dani, si me ayudas, juntos podemos deshacernos de estas molestas bacterias! Verás, soy Jabón, pero no soy un superhéroe por mi cuenta. Necesito un compañero que use sus manos y agua para expulsarlas para siempre. Todo lo que tienes que hacer es lavarte bien cada noche, y yo me encargaré del trabajo sucio.”

Dani asintió, y el jabón añadió:

“Recuerda: ¡la limpieza te protege de las bacterias dañinas y te mantiene fresco!”

Dani se despertó y miró al techo por un rato, pensando en las extrañas criaturas que había visto en su sueño. ¿Podrían realmente vivir bacterias en su piel? ¿Y era realmente tan fácil deshacerse de ellas con jabón? “Por eso al perro no le gusta estar cerca de la bañera,” – pensó para sí mismo.

Esa noche, cuando mamá llamó diciendo que era hora de bañarse, Dani no respondió con su habitual “¿Por qué todas las noches?” En cambio, se levantó de un salto, corrió al baño, agarró el jabón y se puso manos a la obra. Mientras se frotaba, murmuró con una sonrisa:

“Esperen, pequeños alborotadores sucios. ¡El Súper Equipo Dani-Jabón está aquí!”