Mi hijo dice palabrotas, ¿qué debo hacer?

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Antes de adentrarnos en el tema de los niños y las malas palabras, es crucial aclarar qué son los insultos y por qué pueden ser significativos en la vida de una persona.

Las malas palabras son tan antiguas como la humanidad. Incluso antes de que los humanos pudieran hablar con palabras, emitíamos diversos sonidos cuando enfrentábamos situaciones inesperadas, aterradoras o sorprendentes. Las investigaciones confirman que decir palabrotas alivia el estrés y la tensión. Cuando alguien maldice en una situación específica, su nivel de estrés disminuye. Sin embargo, esto solo se aplica a los insultos situacionales, que ocurren cuando sucede la situación inesperada o aterradora. Cuando cuentas el evento en casa e incluyes las malas palabras, ya no reduce el estrés, sino que reaviva las emociones negativas.

Decir palabrotas está directamente relacionado con el sistema límbico de nuestro cerebro, el cual es responsable de nuestras emociones. Por lo tanto, las malas palabras pueden afectar nuestras emociones y su intensidad.

Las palabrotas también tienen un efecto analgésico. Un estudio de 2009 investigó esto. Los sujetos tuvieron que poner sus manos en agua muy fría, y a un grupo se le permitió decir palabrotas mientras que al otro no. El grupo que dijo palabrotas pudo soportar el dolor por más tiempo. Puedes encontrar los detalles del experimento aquí: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19590391/

Decir palabrotas a menudo se asocia con poca inteligencia, pero esto no es necesariamente cierto. Las personas que pueden maldecir de forma selectiva tienen mayor inteligencia y habilidades lingüísticas. Obviamente, esto depende en gran medida de la frecuencia y la intensidad de las palabrotas, así como del contexto.

Gritos en el atasco - pixikidzone.com

Las malas palabras también tienen una función social. Por ejemplo, pueden ser una herramienta para evitar la agresión física. Imagina a dos personas en conflicto que usan malas palabras para expresarse, liberando su enfado. Esto aumenta las posibilidades de evitar la agresión física. Por lo tanto, también puede ser una herramienta evolutiva para la supervivencia.

Estos ejemplos muestran que decir palabrotas no se puede descartar simplemente como un mal comportamiento. Tiene numerosas funciones, desde aliviar el estrés hasta potencialmente salvarnos la vida.

Es importante tener en cuenta que mi intención con esta introducción no es excusar a los niños o a nosotros mismos por usar malas palabras. En cambio, simplemente quiero generar conciencia sobre los efectos fisiológicos de las palabrotas.

¿A qué edad empiezan los niños a insultar y a usar malas palabras?

Se puede decir que los niños empiezan a insultar y a usar palabrotas alrededor de los 4-5 años, pero todavía no es lo típico, solo las están probando. El uso real comienza en la edad escolar, cuando el niño se encuentra en diferentes situaciones sociales y pasa más tiempo con sus iguales. Se imitan y aprenden unos de otros. Sin embargo, no olvidemos que ya conocen estas palabras antes de los 4-5 años, si las escuchan en casa o en la guardería, pero todavía no las usan. Por eso es importante evitar conscientemente maldecir delante de los niños, al menos en casa.

Dos niños están nerviosos y a punto de jurar - pixikidzone.com

¿Por qué los niños insultan y usan malas palabras?

  1. Llamar la atención
    Los niños anhelan atención, amor y cuidado, especialmente los más pequeños. Tienen muchas herramientas a su disposición para esto, y maldecir puede ser una de ellas. Saben que nos sorprenderá y nos hará reaccionar de alguna manera, y eso es todo, han logrado su objetivo.
  2. Juego de poder
    Los niños en edad preescolar se sienten cada vez más independientes y quieren probar su poder sobre el mundo. El uso de palabrotas es una forma de que demuestren su fuerza, ya que estas palabras están prohibidas en el mundo adulto. También pueden ganarse el respeto de sus compañeros que son susceptibles a esto. Por supuesto, los niños que aún no han aprendido estas palabras las aprenderán y las llevarán a casa.
  3. Jugar con las palabras
    A los niños en edad preescolar les encanta jugar con los sonidos, las palabras y las rimas. Las palabrotas pueden convertirse en herramientas en este juego, ya que son nuevas y divertidas para ellos.
  4. Aprender del entorno
    Los niños absorben todo lo que ven y oyen en su entorno. Si los padres o los compañeros usan palabrotas, el niño también las aprenderá y las probará él mismo.
El niño pequeño insultando a su madre - pixikidzone.com

¿Qué hacer cuando tu hijo de 5 años te insulta?

En el siguiente párrafo abordaremos qué se puede hacer si nuestro hijo insulta, pero primero me gustaría compartir una historia de la vida real con ustedes. Nuestra lectora Sophie nos envió la siguiente historia desde Marsella.

Hola, soy Sophie. Tengo una familia normal y mi esposo y yo estamos criando a un niño de 5 años. Nos encontramos con este problema cuando hicimos un viaje un fin de semana con algunos amigos que también trajeron a sus hijos. Los niños jugaban muy bien juntos, pero necesitábamos llegar a otro lugar a tiempo y le dijimos a Lucas que teníamos que irnos. Entonces usó una palabra muy fea contra nosotros. No quiero repetirla aquí, pero todos se quedaron atónitos.

También fue impactante porque definitivamente no había escuchado nada parecido de nosotros. Claro, mi esposo de vez en cuando usa algunas palabras inapropiadas mientras conduce, pero definitivamente no esta. Luego hablamos del asunto en el auto. Estuvimos de acuerdo en que no podía usar tales palabras la próxima vez y también jugamos un juego en el que inventamos palabras que podría decir en su lugar, e incluso nos reímos al final.

La semana siguiente fui al jardín de infantes para hablar con el personal. Resultó que no éramos los únicos que nos quejábamos. Un niño había comenzado a usar esa palabra, pero la directora del jardín de infantes nos aseguró que tenían una rutina para esto y que ya habían comenzado a abordar la situación. Ella dijo que en tales casos, organizan actividades grupales donde lo discuten y juegan con los niños, y por supuesto, también hablan con los padres del niño involucrado.

Lucas ya no usa estas palabras, así que la situación se ha resuelto, pero fue impactante en ese momento. También recomiendo a otras madres no entrar en pánico en tales situaciones, no comenzar a castigar al niño, solo hablar, hablar, hablar. Eso es lo que me funcionó.

¿Cómo evito que mi hijo maldiga y use malas palabras?

Comencemos con el hecho básico de que los niños aprenden patrones de comportamiento principalmente observando el comportamiento de sus padres. Entonces, si nosotros maldecimos, no es una ley, pero el niño también usará esas expresiones, así de simple. 😊 😊

1. Ignorarlo

Esta estrategia funciona mejor para niños muy pequeños. Escuchas la maldición, pero la ignoras conscientemente. Como si no hubieran dicho nada. No te rías, no te enfades, sigue haciendo lo que estás haciendo. Probablemente usaron esa palabra para llamar tu atención. Si no les prestas atención, buscarán otra estrategia para llamar tu atención. Sin embargo, tampoco reacciones con enfado, porque entonces también lograrán su objetivo, te ocuparás de ellos.

2. Hablar de ello

Hay que explicarles a los niños por qué maldecir es malo de manera diferente antes de los 5 años que después. Menos de 5 años, argumenta que no es una buena palabra y sugiere otra que puedan usar en su lugar. A partir de los 5 años, puedes hablar con ellos sobre el significado detrás de las palabras, por qué pueden ser malas para la otra persona y cómo se sentirá la persona que lastimaron, y pensar en qué pasaría en el caso contrario.

3. Grandes emociones

Esto en realidad pertenece a la parte de "hablar de ello", pero aún así lo tomaría por separado. Estos son los discursos groseros y las maldiciones que se asocian con algunas emociones grandes y especiales. En esos casos, necesitas hablar sobre el detonante y de alguna manera resolverlo.

4. Tiempo para las malas palabras

Esta táctica puede funcionar con niños pequeños. Si simplemente no puedes eliminar las malas palabras de tu vida, puedes intentar establecer un intervalo de tiempo dentro de un día en el que esté bien decir malas palabras. ¡Pero fuera de ese tiempo, está prohibido! Este es un método lúdico, y si puedes involucrarlos en el juego, puede funcionar.

Las palabras tienen poder

Las palabras tienen poder. Cuándo y cómo los niños usan este poder dice mucho sobre el mundo que los rodea y la sociedad en la que crecen. Hemos llegado a comprender que maldecir no es solo un mal hábito, sino una herramienta de comunicación compleja que puede expresar las emociones y reacciones más profundas.

Lo más importante para los padres y educadores es tener un diálogo abierto con los niños sobre el uso del lenguaje, incluido el maldecir. No se trata solo de enseñarles qué palabras son aceptables y por qué, sino también de ayudarles a comprender cómo expresarse de manera efectiva y respetuosa.

Seamos pacientes y comprensivos. Los niños aprenden constantemente de nosotros y nuestro ejemplo es la mejor herramienta para enseñarles. Apuntemos a crear un entorno para ellos en el que las palabras utilizadas como medio de comunicación construyan y no destruyan.

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